Es impresionante como alguien tan distinto a uno siente exactamente lo mismo por una misma persona. Es decir, yo él, ella él, él ella. ENVIDIA de no poder seguir siendo feliz, pero FELICIDAD al ver su bienestar. Honor, está bueno sentirlo, es hasta reconfortante pensar que en la infelicidad propia empieza la felicidad de alguien que queremos. Su olor, olor que ya casi perdí, pero que siempre va a estar. Ese olor que ahora tiene la ropa de ella, y yo solo imagino. Nadie dijo que iba a ser para siempre ni que sus palabras iban a ser verdad. Lo que yo tengo ella no lo tiene, y lo que ella tiene yo no lo tengo. Somos polos tan opuestos que asusta. Encaja perfecto. Ahora me queda esperar. A ella no sé, le llovió amor. El que era mío pasó a ser de ella, y ahí están, felices. Yo nada, acá, comiendo un chocoarroz y ¿luchando? con mi soledad y mi 'amor' no correspondido. No sé hasta cuando, pero creo que ella lo merece. Lo merece por perder más, no sé. Por algo lo debe merecer, y por algo yo lo malgasté. Es obvio que tampoco fuí yo al 100, el entorno nos jugó muy en contra. Habría que cambiar, borrar y hacer cuenta nueva. Pero la mía empezó fallada y ahora casi ni anda. Un poco más y estoy haciendo vida de borracha que no piensa en nadie. Pocas ganas de estar acá, pero bueno, a remarla para un día ser feliz como ellos. Tomarlos como ejemplo. ¿Tomarlos como ejemplo?
"El que no arriesga no gana."
"El que arriesga puede morir por amor"
No hay comentarios:
Publicar un comentario