Me resulta curioso lo fácil que es perderse y no saber volver. Todavía soy lo suficientemente ilusa como para volar por encima de un sueño. Explico, claro está, que en la carta que le envié a todas mis razones para dejar de dormir de esa forma tan mundana; y con lo realmente cara que se puso la vida, no sé como puedo pensar en seguir odiando todo lo que hago.
Soy la mas incondicional de tus admiradoras y puedo asegurarte que, auqnue pierda la cordura de mi memoria, no dejaría de recordarte. Pero ahora eso no importa. Sabés perfectamente lo que esta cambiando: nadie te mira directamente a los ojos y optaste por dejar de pensar, escribir, cantar, hablar...
No me mal entiendas, todavía te quiero, pero empiezo a detestar ese caos que desatan tus decisiones. Nunca fuiste ordenado para soñar, y no espero que lo seas a la hora de avanza y, si te soy completamente sincera, creo que a partir de hoy te voy a abandonar y vas a empezar a ser parte del olvido. Solo quiero que lo sepas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario