martes, 13 de agosto de 2013

Besó su naríz.

Se agarraban de las manos en una cama arrugada. Él la miró, sonrió y con un movimiento brusco se posicionó ahí, frente a su cara, sobre ella. Lo dijo, por fin lo dijo 'Quiero que seas mi novia', la frase resonó en toda la habitación vacía de muebles. Ella sonrió. La penetró, y moviéndose lentamente repitió 'Quiero que seas mi novia', -'SI'- gritó ella, 'ay, si' mientras mordía su labio superior, una manía que ya no controlaba cuando disfrutaba algo. Él se detuvo dejándo que sus últimos gemidos llenaran sus oídos de placer, se acostó a su lado. Ella lo miró, sonrió y se dio cuenta qué pasaba. Se sentó sobre su ombligo:
-Si, quiero. Quiero ser tu novia. Quiero ser tu novia, tu amiga, tu amante. Quiero ser el beso con olor a almohada a la mañana y el abrazo interminable de la noche. Quiero que si sonreís sea conmigo, y si llorás sea en mi pecho. Quiero tener las manos que conozcan tu piel, y ser el cuerpo que pueda poseerte. Quiero besarte, y salir a gritarlo, TE BESÉ. Quiero que vengas a vivir conmigo a Rosario. Quiero que me quieras. Quiero quererte más y más. Te quiero.-
Se acercó y besó su naríz.
Se besaron, y esa tarde no tuvieron sexo, en esa habitación transpirada tantas veces hubo amor. Y en ese momento, mientras transpirábamos amor, me desperté. Te miré, ahí, soñando lo mismo que yo al lado mío. ¿Y sabés qué? El sueño es mas lindo cuando se hace realidad. 

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