Club de las simpáticas

Chicos, yo los entiendo, en serio. No tenemos el mejor culo, y nuestras piernas chocan cuando caminamos. La celulitis está, no voy a arrancar mintiendo, los rollitos de la espalda, y los 'flotadores' arriba del pantalón. Pero también somos personas. Me refiero a nosotras, a las que pertenecemos al Club de las simpáticas.

Nosotras, que te remamos todo, las que en una reunión de amigos que se viene abajo le dan play a esos temas que todos sabemos, las que agarramos la guitarra, y desafinadas, cantamos sin vergüenza. Las que en las 'juntaditas' de fin de año salimos ebrias y con poca ropa en las fotos. Las que cuando la estas pasando mal te hacemos un chiste, te ayudamos a relajarte, te abrazamos. Las que sabemos que una sonrisa muchas veces es una promesa. Una mas del grupo de 'los pibes', que hablamos su idioma y sus códigos. Las que palpean el bultito a ver como viene el tema, sin vergüenza, lo que la linda (histérica natural, anti-simpatía) jamás podrá hacer.

Y no nos va tan mal. Aunque en mayoría somos las petisas, narigonas, chatas, patonas, culonas, tetonas en exceso. Pero cada tanto alguno le da en la tecla, nos susurra que ser simpática no alcanza. Como si sólo eso nos pudiera definir, como que si estar suscritas a dicho club negase que fuésemos sensuales o inteligentes. A vos te lo digo. Si, a vos, el de barbita que me hizo dudar de mi sex-appeal.

No sabés lo que te perdiste.